Las herramientas de planificación correctas ayudan a los operadores a manejar los retos de ancho de banda planteados por el brote del coronavirus.
COVID-19 ha puesto en relieve la importancia de la conectividad y las redes. El trabajo desde casa, la educación a distancia, las videoconferencias –con la popularidad de la aplicación Zoom de Google disparándose– son la nueva norma a partir de ahora. El público necesita la banda ancha más que nunca y sin ella, la recesión global será mucho más probable.
Igualmente, ha crecido la demanda de ocio en línea. El cierre de colegios que dejó a los niños atrapados en casa, así como a los adultos privilegiados con más tiempo libre va a contribuir, inevitablemente, al consumo de Netflix, Amazon Prime, YouTube y otros servicios de streaming hasta hartarse, sobre todo los fines de semana. El reciente lanzamiento de Disney+ es una atracción más. No nos olvidemos tampoco de los aficionados de videojuegos basados en la nube: para ellos la latencia mínima tendrá que ir acompañada del uso muy intenso de datos a través de la banda ancha.
Según opinan algunos analistas, los operadores que actúen correctamente en el ámbito consumidor podrán adquirir cierta inmunidad ante la masacre que afectará al mercado de valores en otros sectores de la industria. Conforme a esta forma de pensar, proporcionar la banda ancha adecuada frente a la creciente demanda permitirá a los operadores hasta conseguir el aumento importante de ventas. En aquellos hogares donde, anteriormente, la necesidad del ancho de banda era reducida, podrá surgir una tentación de hacerse con las tarifas más caras que ofrezcan más velocidad. Es un argumento bien poderoso.
Algunos operadores ya han mostrado su admirable voluntad para echar una mano. Para dar un ejemplo, los principales proveedores de servicios de Internet del Reino Unido eliminaron los límites de datos durante el brote del coronavirus. Fue posible gracias a un acuerdo financiero con el gobierno británico. También prestaron apoyo financiero a las personas vulnerables que se encontraban con dificultades a la hora de pagar las facturas, para que siguieran conectadas en esos tiempos de confinamiento en casa.
Sin embargo, para que los operadores puedan satisfacer toda esta demanda extra de ancho de banda y hacerlo de manera oportuna y rentable, les hará falta un inventario de red bien actualizado. No solo para que puedan identificar fácilmente cualquier capacidad no usada pero también para asegurarse de que los recursos se asignen donde más demandados sean. De esta manera será posible evitar los gastos de inversión innecesarios, así como ejercer menos presión sobre las cadenas de suministro de infraestructura, aquellas que los operadores temen que, sin duda alguna, se interrumpan por COVID-19.
No nos olvidemos tampoco de las necesidades de los gobiernos nacionales, así como de servicios públicos en el sector privado. Ellos requieren unas redes robustas para poder dar respuesta a las emergencias y la gestión de desastres. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), un organismo de las Naciones Unidas, publicó las nuevas directrices para desarrollar e implementar los planes nacionales de telecomunicaciones de emergencia ya existentes: después de que la Organización Mundial de la Salud declarara al coronavirus como una pandemia.
La UIT aconseja que las autoridades nacionales realicen ejercicios de telecomunicaciones de emergencia para constatar si las redes están a la altura. Las medidas aplicadas varían, entre ejercicios realizados en un portátil o una computadora de escritorio hasta simulacros a gran escala. La UIT incluso publicó una Guía de Simulación Teórica de Emergencias.
Uno de los objetivos de la guía es identificar la existencia de capacidad de comunicación redundante en la red. Lógicamente, las respuestas a rescates serían más adecuadas si los operadores tuvieran una representación visual clara y precisa de todos los activos en sus respectivas redes. De esta manera identificarían rápidamente cualquier deficiencia de capacidad redundante.
Vacunar las redes contra el sobrecalentamiento
En estos momentos de crisis, y más que nunca, la planificación de redes y asignación de recursos deben hacerse con una evaluación aguda del retorno de la inversión (ROI). Entonces el despliegue óptimo de la fibra óptica que proporciona un ancho de banda casi ilimitado se vuelve un asunto clave: mo solo en el núcleo de la red sino también en las redes de acceso de radio (RAN) que sirven de soporte 4G y 5G. Al fin y al cabo las personas confinadas a sus respectivos domicilios no dejarán de usar, repentinamente, la cobertura celular, sobre todo en aquellos hogares donde la capacidad del Wi-Fi esté al límite.
Entonces el primer paso para proteger las redes ante un posible colapso es proporcionar al personal de operaciones la representación clara y precisa de los activos presentes. Para la planificación de redes es sumamente útil saber donde se localizan todos los activos de la red –planta interior igual que la exterior– y cómo facilitan el cumplimiento de servicios.
En cuanto a la fibra, es por tanto crucial el conocimiento de las ubicaciones de cajas de empalmes y divisores en toda la red de cable. Identificar la ubicación de los conductos, cajetines exteriores y pozos es otra necesidad básica. Del mismo modo, en las RAN, la atención a los detalles es importantísima. Los equipos de operaciones necesitan saber donde están todas las secciones de banda base y los cabezales de radio remotos. El control sobre el equipo de sala y su ubicación en los interiores de la planta sería otra bendición para la planificación de la red.
Mejor aún si toda esta información aparece sobre un mapa digital. Los planificadores pueden, en consecuencia, identificar dónde existe la posibilidad de reutilizar la infraestructura existente para hacer frente al aumento de tráfico. Es una manera excelente de reducir el gasto de capital.
Pero vayamos incluso un poco más adelante. ¿Qué pasaría si una aplicación de planificación de redes pudiera ofrecer un informe integral sobre la cuantía de inversión necesaria para aumentar la capacidad en función de la demanda, trabajando en conjunto con el inventario de activos completo y actualizado? Dicho de otro modo: todo el gasto relacionado con los equipos, cableado, tuberías y excavación de zanjas, pormenorizado de manera individual.
Sería fantástico si esta aplicación pudiera proporcionar además un plan de inversión listo para usar y compatible con los criterios de ROI del operador, ¿verdad? Este tipo de capacidades es bien valioso en el ritmo habitual de negocio; sin embargo y hoy en día, cuando todo es incierto, su importancia realmente asciende a otro nivel.
Afortunadamente para los operadores, el inventario de red de alta gama, así como las soluciones de planificación de este tipo no son ninguna fantasía. Ya están disponibles en la cartera OSS de SunVizion.