La llegada de 5G, en el mundo tan dinámico que es el sector de la telecomunicación, anuncia la posibilidad de cambios sin precedentes: uno de ellos consiste en la potenciación del protagonismo de las interfaces de programación de aplicaciones (API) en los modelos de negocio y prestación de servicios de parte de las empresas de telecomunicaciones. No es tan solo un proceso de evolución, sino más bien una revolución en toda regla. Estos días estamos viendo como varias iniciativas de API en telecomunicación están avanzando rápidamente, tratando de reinventar las interacciones entre empresas, developers, terceros, clientes e incluso competidores tradicionales.

La gran variedad de activos que se combinan para formar las redes de telecomunicaciones hace que el modelo de negocio tradicional para las empresas del sector requiera mucho capital (es decir, es caro construir, operar y mantener esas redes). Además, debido al reto que supone gestionar toda una serie de actividades paralelas —como los pedidos de los clientes, el trabajo/los trabajadores/las actividades sobre el terreno, la capacidad de la red, el estado de la red y los pagos—, el grado de dependencia de los datos de gestión de activos es muy elevado, aunque no siempre se reconozca de manera suficiente.

A lo largo de los años, la automatización —independientemente de su forma— se veía como la panacea para todos los problemas operativos de redes en las empresas de telecomunicaciones. La automatización existe para planificar, desplegar y gestionar las redes rápida y precisamente, reduciendo los errores humanos y optimizando los flujos de trabajo. Automatización del ciclo de vida de la red (NLA) es un término relativamente nuevo que se utiliza en el sector de telecomunicaciones para incorporar las distintas formas de la automatización de operaciones de telecomunicaciones. La meta de NLA es categorizar aquellas automatizaciones que cambian como se diseña, despliega y gestiona las redes. Muchas de estas formas aprovechan el poder de la IA (inteligencia artificial) para ayudar a los operadores a ser más eficientes y eficaces.

 

Aquellos que llevan mucho tiempo trabajando en el sector de telecomunicaciones apenas podrán ocultar la sonrisa sarcástica al oír la palabra de moda en la que se convirtió “la transformación digital” en el panorama empresarial de hoy. Organizaciones de casi todos los sectores están adoptando los avances tecnológicos bajo este lema. Tiene sentido indudable utilizar las tecnologías digitales para ser competitivos, servir mejor a los clientes y aumentar la eficiencia operativa. Sin embargo, en el caso de las telecomunicaciones, ya llevamos décadas caminando hacia el éxito de la transformación digital. Esta experiencia nos hizo muy conscientes de que estos proyectos suelen estar plagados de retos y obstáculos que requieren una navegación bien cuidadosa.

De los proveedores de servicios de telecomunicaciones los clientes esperan una conectividad ininterrumpida, por lo que las empresas tienen que enfrentarse a la enorme tarea de mantener el máximo rendimiento cada minuto del día. No puede ser de otro modo que gestionando la combinación de recursos físicos, lógicos y virtuales refinada: típica para las redes de hoy. Esto requiere la adaptación continua a todo un panorama de clientes y servicios en constante evolución.

Todos sabemos que los sistemas de soporte a las operaciones (OSS) son un componente indispensable de las redes de telecomunicaciones modernas. También sabemos lo importantes que son para permitir una gestión, un control y un mantenimiento eficaces de la infraestructura. Implementarlos bien es esencial para cualquier operador de redes. Sin embargo, si implementó proyectos de transformación de OSS, o lo está haciendo ahora, sabe perfectamente que éstos a menudo pueden estar plagados de desafíos que hacen que hasta el experto más experimentado en OSS cuestione su cordura. Los desafíos pueden llegar a ser tan fuertes que, si el problema no fuera tan absurdo, sería trágico.

A lo largo del último año, los modelos de IA (inteligencia artificial) generativa, como ChatGPT, absorbieron la atención del mundo entero. La reacción fueron las numerosas aplicaciones de IA generativa que iban apareciendo en casi todos los sectores. El sector de las telecomunicaciones, en particular el de los sistemas de apoyo a las operaciones (OSS) y los sistemas de apoyo a las empresas (BSS), como líder tecnológico, no es ninguna excepción.

 

Está claro que la industria de telecomunicación es uno de los sectores de importancia global más crítica: es responsable de conectar a las personas y mantener funcionales a las empresas. La red mundial de infraestructuras de comunicación requiere atención, mantenimiento y actualización constantes y para ello, precisa de la mano de obra numerosa y diversa.